Aunque muchos ya estaban aburridos del calor en nuestro país, el que se extendió por más tiempo de los normal este año, el intenso frío que se está sintiendo día a día mantiene preocupadas a muchas familias, las que sin duda desearían volver a esas cálidas temperaturas del verano.
Este primero de junio sube el precio de las bencinas y al mismo tiempo el de la parafina. Si se supone que el Estado entregó un bono de invierno para ayudar a un porcentaje de personas de escasos recursos, ¿por qué se contradicen imponiendo un alza en el combustible más utilizado para evadir el frío?
A pesar de que el aumento de precios no es tan alto como en otras oportunidades, y que para muchos este tipo de medida pase desapercibida, aún están aquellos que cada peso que tienen que gastar les duele, y que les significa muchas veces sacrificar necesidades básicas para conseguir unos pocos litros de parafina.
Y como si no bastara con el alza, además se le une las diferencias de precios que existe entre un servicentro y otro, costo que en el caso de las bencinas y el petróleo no se perciben tanto. Lo que significa que no es necesario cotizar cual de todas las opciones es la más económica, porque finalmente el ahorro es mínimo. Pero en el caso de la parafina la situación cambia considerablemente para preocupación de muchos. La diferencia que alcanza entre una estación y otra es de hasta 243 pesos. Una cifra bastante alta que no se acomoda al bolsillo de las personas de menores ingresos.
¿Cómo resistir a la combinación de las bajas temperaturas y la terrible crisis económica que azota al mudo? La respuesta parece ser negativa pues como se puede ver, ni el Estado ni las cadenas distribuidoras de bencina permiten a las familias pasar un duro invierno en mejores condiciones. Veamos sin alguna nueva medida puede solucionar este común problema en los duros tiempos de Invierno.
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